Autor: Agustín Sánchez
Antes de la fiesta de la Pascua,
durante la cena estaban reunidos,
sabiendo que el Padre todo le había dado,
y que a Él volvía otra vez.
Con una toalla en su cintura
puso luego agua en una jofaina.
Se acercó hasta ellos y sus pies lavó,
luego los secaba con amor.
Entre los hombres servidores sed,
pues yo, el Maestro, lo he hecho con vosotros.
os lo aseguro: felices seréis.
Muy pronto todo vais a comprender.
¿Cómo estás hablando de lavarme,
tú, Señor Jesús, si eres mi maestro?
Deja que lo haga. Pedro, no lo entiendes,
pero un día claro lo verás.
Si yo no te limpio con mi agua,
no tendrás ya nada que ver conmigo.
Entonces Señor, no sólo los pies,
(Jueves Santo: Lavatorio de los pies)
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