Autor: Joaquín Madurga
Difícil es la senda que conduce hasta el triunfo,
oscuro es el camino que lleva hasta la luz:
sólo vence a la muerte aquel que da la vida
porque no hay triunfo ni hay Cristo sin cruz.
No hay Cristo sin cruz porque Dios
quiso hacer el dolor medicina que salva,
quiso Cristo cargar con la culpa de todos
y ser grano de trigo que se abre a la esperanza.
No hay Cristo sin cruz porque Dios
quiso ir al calvario soportando el insulto,
quiso Cristo morir entre dos malhechores
haciéndose divino pararrayos del mundo.
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