Autor: Joaquín Madurga
Al pie de la Cruz estaba
afligida y dolorosa,
la Madre triste y llorosa
traspasaba el corazón,
sufriendo junto a su Hijo
el dolor de su Pasión.
Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros al Redentor.
Lloramos Madre la culpa
por la muerte de tu Hijo,
y nos conmueve el perdón
de un amor tan infinito
que a ti nos da como Madre
y a nosotros como hijo.
Tus lágrimas, Madre nuestra,
mantenidas de esperanza
aún cuando tu Hijo espira,
crees tú en su palabra,
si el grano de trigo muere
resurge una nueva espiga.
Contigo estamos Señora
Madre de dolor transida,
para enjugar esas lágrimas
que corren por tus mejillas
ofreciéndote el consuelo
de una vida arrepentida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario