Salmo Responsorial 146, 1-5
Alabad al Señor, que sana los corazones quebrantados.
o bienAlabemos al Señor, nuestro Dios. 1) Alabad al Señor que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel.- R
2) El sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.- R
3) Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.- R
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Uso Litúrgico: Salmo responsorial para el V Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
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