Acuérdate, Señor, de tu Iglesia:
aparta de ella todo mal,
hazla perfecta en tu amor,
y congrégala por todo el mundo
en el Reino que le tienes preparado.
Te damos gracias, Padre nuestro,
por la vida y el conocimiento que nos manifestaste
por medio de tu siervo Jesús.
¡A ti sea la gloria por los siglos!
Como este pan estuvo disperso,
y al ser reunido se hizo uno,
así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino.
¡A ti sea la gloria por los siglos!
Tú, Señor omnipotente, nos has dado una comida
y bebida espiritual y una vida eterna
por medio de tu siervo Jesucristo.
¡A ti sea la gloria por los siglos!
Porque tuyo es el poder y la gloria por siempre.
Que venga tu gracia y pase este mundo.
Hosanna al Dios de David.
¡A ti sea la gloria por los siglos.
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