Bendice, Padre, este pan y este vino, fruto de la tierra y del trabajo del hombre. Ellos serán para nosotros comida y bebida de salvación. El Cuerpo y sangre de tu Hijo Amado Jesucristo
En la sonrisa de un niño, Tú estás;
En su alegría y su mirar, Tú estás
En el susurro del viento al cantar
Y en el secreto de esa ave al volar
Tu estás en esos ojos de niño en las preguntas del viejo y en el bramido del mar Tu estás en lo humilde y sencillo en lo pobre y pequeño en tu todo tú estás... tú estás
En las mañanas al despertar
codo a codo conmigo siempre vas
En el silencio de mi soledad
o si te busco en comunidad
Tu estás en esos ojos de niño en las preguntas del viejo y en el bramido del mar tu estás en lo humilde y sencillo en lo pobre y pequeño en tu todo tú estás... tú estás
En el nacer del alba, Tú estás
En lo imponente de la tempestad
En el dolor y la enfermedad
Siempre Señor me acompañarás
Tú estás en esos ojos de niño…
Contracanto:
En la mañanas al despertar,
Codo a codo conmigo siempre vas
En el silencio de mi soledad tu estás
En la sonrisa de un niño
En su alegría y en su mirar… Tú estás
El Señor ha estado grande
a Jesús resucitó,
con María sus hermanos,
entendieron qué pasó.
Como el viento que da vida,
el Espíritu sopló,
y aquella fe incierta
en firmeza se cambió.
Gloria al Señor es nuestra esperanza, y con María se hace vida su palabra. Gloria al Señor, porque en el silencio, guardó la fe sencilla y grande con amor.
Pues sus ojos se abrieron
y también su corazón,
la tristeza fue alegría,
fue su gozo el dolor.
Esperando con María
se llenaron del Señor,
porque Dios está presente
si está limpio el corazón.
Nuestro tiempo es tiempo nuevo
cada vez que sale el sol
y escuchamos su Palabra,
fuerza viva de su amor.
Que disipa las tinieblas
y aleja del temor.
Se hacen fuertes nuestras manos
con la Madre del Señor. Descargar acordes
Creo en Dios Padre, todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne,
y la vida eterna.