Autor: Alejandro Mejía
Como a Belén llegaste a dar a luz al Hijo,del Padre la sustancia, de tu carne vestido.
Al Tepeyac desciendes por engendrar al indio
al amor de una patria y a la fe en Jesucristo.
A pruebas de unas rosas nacidas del invierno,
tú pides que se erija en la colina un templo;
de tu vientre nos naces a doble alumbramiento,
flor de patria mestiza y fruto de Evangelio.
Cree Diego que en su ayate va una carga de rosas,
que a vista del obispo como argumento arroja;
sólo una Rosa impresa de tez morena asoma,
a pinceles pintada por Quien pintó la aurora.
La paz y el trigo danos, Señora y Niña nuestra,
una patria que sume hogar, templo y escuela,
un pan que alcance a todos y una fe que se encienda
por tus manos unidas, por tus ojos de estrella. Amén.
Descargar partitura (Pág. 46)
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